Tarde gris, tarde triste, y en medio de la ansiedad provocada por el tráfico y la impotencia del aire acondicionado me doy cuenta de que hay demasiada humedad en el ambiente.
Asfixia
Puerta obscura, porche antiguo lleno de recuerdos. Una cama, una sonrisa, una última despedida.
Promesas que no se pueden cumplir, mentiritas blancas para hacer más tolerable la realidad.
Beso unos labios que despiden un aliento a pudredumbre metálica a pesar de ser de las cosas que más quiero en la vida. Como si anunciaran que es tiempo de partir para siempre.
Tiempo de rendir cuentas, tiempo de librarse de toda atadura.
Sensación de querer y no poder llorar.
Tarde gris de nuevo, ahora no quiero llorar, pero al voltear a ver el firmamento un par de gotas traviesas caen sobre mis ojos.
Tiempo de partir.
” Y después como en la películas comenzó a llover “
Agosto 2004.