Se tiró en la cama, cerró los ojos y por un instante trató de imaginar que su vida era normal, que los ojos del mundo no estaban puestos sobre él, que sus decisiones, por insignificantes que fueran no afectarían la vida de millones.
No lo logró, abrió los ojos nuevamente y pudo ver como uno de los gatos, el más obscuro de todos se lamía las patas delanteras mientras jugueteaba en la ventana.
Después de un rato cerró los ojos de nuevo se quedó dormido.
A la mañana siguiente salió muy temprano de su apartamento. Después de su acostumbrado ritual de esperar la luz en el semáforo de la esquina siguió caminando hasta llegar a la estación del metro.
Compró su boleto, ingresó al sistema de túneles, no pudo evitar sentirse como una rata perdida en un laberinto de laboratorio. Siguió la ruta acostumbrada hasta quedar parado justo enfrente de un viejo anuncio de Coca-Cola. se aseguró de que nadie lo viera y avanzó contra el anuncio.
Cual Alicia al espejo, lo atravesó sin mayor problema. Se quitó su abrigo y lo colgó en un perchero que parecía del siglo antepasado.
Se sentó frente a su máquina de escribir y comenzó a escribir:
=)